"Queríamos encontrar un lenguaje distinto para transmitir este apocalipsis del cambio climático"
Son en total 80 toneladas de arena que se necesitan cada vez para montar esta atípica instalación artística -difícil de clasificar- que desde su estreno en la Bienal de Venecia 2019, en el Pabellón de Lituania, no ha dejado de itinerar por el mundo -acaba de llegar de Chile y luego seguirá viaje hacia Viena, con la presencia de performers locales y del país de origen de la obra, que ofician de relajados veraneantes. La pieza incorpora algunas adaptaciones allí en cada lugar al que aterriza.